martes, 20 de mayo de 2008
Náusea
Proliferan últimamente anuncios de conocidas marcas del sector (encarnación, si hay alguna, de Luzbel: eléctricas, gas y petróleo). Todos son preciosos, en todos aparecen niños y jóvenes en idílicos paisajes de colores imposibles, todos conmueven y apelan a nuestra sensibilidad ecológica y a nuestra responsabilidad con el futuro. No intentan vendernos un producto, porque de hecho el mensaje no es “Contrate nuestros servicios”, no venden nada. En principio, parece que lo único que quieren es comunicarnos su arrepentimiento y su propósito de enmienda, para lo que solicitan nuestra colaboración: “Por tus hijos, por los hijos de tus hijos” (ENDESA), “Inventemos el futuro” (REPSOL)... Pero, en realidad, lo que dicen esos mensajes es: “La catástrofe no es culpa nuestra; nosotros solo les hemos dado lo que nos han pedido, pero aun así, a pesar de que son ustedes los culpables, porque sin sus insaciables demandas nosotros nunca habríamos destruido el planeta, a pesar de todo eso, a pesar de todo, vamos a ayudarles. Y además, más barato que los demás”. Se olvidan de mencionar las fabulosas ganancias a las que les han arrastrado su generosidad, su rapacidad lasciva y su codicia sin límite. Creo que se entendería mejor así (a mí, por lo menos, me resultaría menos abominable), reconociendo sus intenciones, porque lo otro resulta demencial, o terrorífico, o las dos cosas. Así que no. Vale, pero no cuela. Y que no le hagan a uno acordarse de sus hijos, ni de los hijos de sus hijos.
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Un día de campo
Por aquí suelo pasear
Un día de campo
Esto está cerca de mi pueblo
2 comentarios:
hola edgar me esta gustando mucho tu blog, muy interesante ciertamente.Solo espero ser invitado en su club a un té virtual...
¿Qué es de la frase: Se dice el pecado y no el pecador? "Jason comía palomitas"
¿Qué más da que la marca sea conocida o no?
Por cierto, vaya traducciones a unos lemas tan conmomedores.
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