lunes, 3 de noviembre de 2008

Pro bono

A pesar de que todo el mundo la conoce, la gravedad es una fuerza misteriosa sobre la que se sabe poco. De hecho, solo recientemente alguien ha sabido explicarme qué tiene que ver la gravedad con la relatividad y por qué resulta tan complicado encajarla en el modelo estándar (Brian Greene, El universo elegante): según Einstein, no hay ninguna información que pueda viajar a mayor velocidad que la luz. Sin embargo, la fuerza de la gravedad funciona de tal manera que, si de pronto desapareciera el sol, la tierra perdería su órbita inmediatamente, como si cortaran el hilo que los unía; es decir, caería en el vacío en el mismo momento, y por lo tanto esa información se habría transmitido al instante, en mucho menos tiempo de lo que tarda la luz en llegar desde el Sol hasta la Tierra. Pero lo que me interesa de esta enigmática fuerza es que cuanto mayor es la masa de un cuerpo, mayor poder de atracción gravitatoria tiene, y puesto que cada vez atrae más masa, el cuerpo se va haciendo mayor, con lo que cada vez su fuerza de atracción es mayor, etc. Este fenómeno se da también en ciertos entornos de trabajo (en un sentido laboral, no físico): cuando alguien trabaja mucho, comienza a atraer hacia sí 'partículas de trabajo' que van aumentado su masa y a su vez atraen a más 'partículas de trabajo', incorporándose a un ciclo continuo que tiende a perpetuarse. Solo que los planetas y los agujeros negros no se quejan (por cierto, visitad el blog de Microsiervos para ver varias formas de morir si cayerais en un agujero negro).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Edgar, ¿Tantos marrones voladores te caen últimamente? Bueno, yo tampoco voy mal.

Un día de campo

Un día de campo
Por aquí suelo pasear

Un día de campo

Un día de campo
Esto está cerca de mi pueblo