miércoles, 14 de enero de 2009

Sumar, restar, multiplicar y dividir

Los profesores solemos quejarnos del cuajo con que algunos alumnos defienden lo absurdo de sus respuestas, como cuando argumentan impasibles que su resultado de 824 toneladas es una solución perfectamente natural al problema que pedía el peso de una persona, y cosas por el estilo. Y repetimos: ¿pero no veis que eso es imposible, que nadie puede pesar 824 toneladas? Lo cierto es que no nos damos cuenta de que para ellos todo lo que sucede durante las clases sucede en otra dimensión, en la que no rigen nuestras aburridas y arbitrarias leyes físicas (y en la que quizá los hombres pesan más que en esta).

Bien, el caso es que el otro día ocurrió algo muy curioso a propósito de la columna de Almudena Grandes en El País. Según el cálculo al que dedicaba su espacio, si se repartieran entre los habitantes del planeta los millones de dólares que se van a dedicar a refundar el capitalismo, nos tocaría a 120 millones por cabeza. Y entonces yo, como si estuviera en clase, salté como movido por un resorte: ¿pero no ve que eso es imposible? No sé si existirá una dimensión en la que los hombres pesen 824 toneladas, pero estoy seguro de que no existe ninguna en la que a uno le toquen, a pesar de la efímera generosidad de los bancos centrales, 120 millones de dólares. La cuestión es que ese mismo comentario lo había hecho pocas semanas antes Rosa Montero, que ya había aclarado que la cuenta estaba mal hecha. El error no justifica las gruesas descalificaciones que con toda probabilidad se han vertido sobre Grandes, y es fácil de explicar: si dividimos 12 (huevos) entre 3 (personas), el resultado es cuatro (huevos por persona). Si dividimos 800 000 (millones) entre 6 700 (millones), el resultado es 120 (millones).

A mí me extrañó que nadie hubiera advertido el error, pero bueno, pensé, pobre Almudena Grandes. Primero lo de sor Maravillas, y ahora esto. (Por cierto, en el mismo número encontré otra perla: "La última víctima de la Inquisición fue en 1863 en Valencia. No hace 2 000 años, sino 153". Para mí que no, pero bueno, a mí no se me daban bien las matemáticas).

Lo más extraño es que al día siguiente apareció ¡en la fe de errores! una aclaración que intentaba arreglar el desaguisado (el de Grandes; del otro no hay noticia). A mí el fallo no me había molestado demasiado, pero me pareció muy impropio que un error de esa naturaleza se intentase subsanar así. Oiga, no, la fe de errores no es para eso; Almudena Grandes dispone de una columna semanal, y si quiere emplearla para pedir disculpas o aclarar la cuestión, que lo haga. Pero el periódico, que no se ha ocupado de corregir la flagrante equivocación ab ovo, se inmiscuye en un terreno vedado a sus interferencias. Que yo sepa, una columna de opinión no se corrige, igual que no se corrige una entrevista. No lo sé, ¿eh?, que yo no he hecho periodismo, pero bueno, es lo que me parece normal (también a los alumnos les parecía normal lo de las toneladas).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para fallos los de Paqui Peñas

Un día de campo

Un día de campo
Por aquí suelo pasear

Un día de campo

Un día de campo
Esto está cerca de mi pueblo