miércoles, 4 de junio de 2008

Protervia

De pequeño me dio por leer la Biblia. Una de las cosas que más me chocaron (aparte de la prolijidad nada literaria con que se recogían todas las medidas del arca, más propia de Bricomanía que del libro de los libros) fue la obstinación del pueblo elegido en traicionar a Yahvé. Yo pensaba: si a mí me hubieran sacado de Egipto después de lo de las diez plagas, si me hubieran mantenido 40 años con un alimento que caía del cielo, si me hubieran ocurrido todas las maravillas que tan sabiamente nos mostró Cecil B. de Mille, no albergaría jamás la más mínima duda de que no hay más dios que Yahvé. Y veía que los judíos dale que te pego, una y otra vez caían y recaían en la idolatría. Y venga castigos y cautiverios y nuevos perdones y liberaciones. Como para plantearse eso del pueblo elegido.
Bien, todo ello me viene a la cabeza a propósito del dichoso trasvase del Ebro. Leía ayer en los periódicos que se había suspendido porque ya se había alcanzado el 53% de capacidad de los embalses; y acompañaba a esta noticia otra en la que se decía que el Ayuntamiento de Barcelona había levantado la prohibición de llenar las piscinas y otras restricciones en el uso del agua. Y entonces me acordé de la travesía de los judíos y de su protervia ("obstinación en la maldad", según el DRAE). Coincidió además este bonito ejemplo de esquizofrenia colectiva (porque me imagino que montones de particulares se habrán lanzado a llenar ávidamente sus piscinas) con la lectura de un volumen recopilatorio de la revista Dinero, autopublicada por el dibujante Miguel Brieva, en la que no desentonaría este elocuente episodio de ceguera autodestructiva.
Por lo menos los judíos llegaron a la Tierra Prometida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo que las monjas siempre me decían que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Somos masiquistas, no te equivoques Edgar. Ya se nos ha olvidado que hemos estado a punto de no tener agua para beber a cuenta de la sequía.Vivmos al día y por eso derrochamos ahora lo que nos hará falta dentro de tres meses.

Anónimo dijo...

Edgar!!
De pequeño, ¿te dio por leer la Biblia? Qué ganas...!!
Yo pienso que leerse la Biblia es una pérdida de tiempo, ya que opino (y recalco que es mi opinión) que la mayoría de las cosas escritas en ella, son mentira o historias que tienen algo de verdad, pero que siempre acaban con algo fantástico...
Pero bueno, cada uno lee lo que quiere y le interesa, así que me parece bien que te diera por leerla y que saque tu propia conclusión de ella.
Yo, al igual que tú, no albergaría la duda de que no hay más dios que Yavhé.

Godofreda K.L.

Un día de campo

Un día de campo
Por aquí suelo pasear

Un día de campo

Un día de campo
Esto está cerca de mi pueblo